5/20/2006

Grandes palabras

“automatismo psíquico puro, por el que se tiende a expresar, verbalmente o por escrito, la actividad real del pensamiento. Dictado del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, y al margen de toda preocupación estética y moral”.

“Todo induce a creer que hay un punto del espíritu desde el cual la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable y lo incomunicable, lo alto y lo bajo, dejan de ser percibidos como contradicciones; no debe buscarse en la actividad surrealista otro móvil que la esperanza de hallar este punto”.

Escritos o manifiesto surrealista

“Només en el cim del buit un pot arribar a si mateix, és a dir, també als altres, al ser en general”.

“I només després d’haver conegut el món, d’haver après a donar-me als altres, d’haverme adonat en les tavernes, i no sense goig, que el que jo creia que només em passava a mí passava en realitat també als altres, només llavors vaig començar a agafar coratge i a no sentir-me tan sol”.

“La taverna no ha estat mai per a mi una oficina o un confessionari, mai no hi he anat a preguntar-hi res, m’he limitat a escoltar plàcidament, simplement seia i escoltava i esperava...”.

Bohumil Hrabal


“Al final lo que importa es no tener miedo: fijar los ojos frente al precipicio y caer verticalmente al vicio”.

“Correr para olvidar”.


Diario El País, no recuerdo que fechas

Apuntes

Sirenas recordando pensamientos de calles mojadas por el sol borracho
Camas vacias
Manos ansiosas por poder caminar
sin descanso ni reglas


Combinación de seres imaginarios surgidos del interior de la alfombra de los sueños del sr. Ernesto Schmell.


Cicatriz de octogenario malhumorado en contacto con anchoa diarreítica de capitán de marina mercante. El otro ser: Pilar Hernández Jiménez.


Y parecia que iba a hacer mucho frio, y parecia que iba a ser un dia triste pero finalmente todo desembocó en una mierda. Mierda de verdad, como nunca la había visto nadie. Un escrito-rastrillo que cercenaba tu olla y te malmetía en tu rincón. Eso és, eso és. Y si no te veo, me da penita, y si te veo, no puedo hablarte y más penita me da. Que te quiera como yo. Un flamenco como yo. Que te quiera como yo.


El circo de los romanos ha venido a la ciudad. Han traido sus leones, medio adormilados, tras un largo camino a través de la historia de la ignominia humana. Machetes, vientres, leones. Me han avisado mis amigos búhos de tu llegada. Pronto iré a verte, si me lo permite la niebla, a tu vientre, y si me dejas tocaré tus venas, como cuerda de guitarra, para cantarte las bulerías de la no-palabra. Y tú callaras para siempre y yo hablaré eternamente, pero solo de pena.


Mientras durara mi intoxicación etílica sentimental. Después me sacaría los ojos y los depositaría en los hombros de otro músico palabrista. Colecciono palabras momentáneas (vagas, sencillas, hipócritas, divertidas, miedosas)


... ofreciéndoles la frialdad de tus senos para que lloren mi desapego...


No me compadezco de nadie, y menos de los arrítmicos desequilibrados que son incapaces de mantener una conversación musical. Para todos aquellos que son incapaces de crear palabras sensatas les deseo una despiadada locura circular. Que busquen, que busquen dentro de su alma acantilada y tortuosa, que busquen mientras yo me regocijo con sus palabras balbuceantes de pura timidez. Dejaré que creen e imaginen, sé que es lo único que saben hacer, hasta que se encuentren sólos con su inevitable locura sorbiéndoles la poca consciencia con la que viven.


Dando golpes
a la sierra mágica de tu coño
la música escupía pequeños tapetes de gancho.
Tú decías que nunca me olvidarías
y yo recitaba poemas con aromas de anís del mono.
Dando golpes, dando golpes


El equilibrio de los cojones del gigante verde que habita en el ojo de tu culo. Maquíllate la cicatriz, vuélvete la piel y saca la flor de la chistera de tus ojos, desarrollándote como niño en la bruma de los corazones perdidos. Haz una sopa de cardos, quémate la boca y rasga tu garganta con la pólvora de una guerra perdida. Ve a recoger todo aquello que un día sumergiste en la corriente de su pelo.

Roving I'll go ... for a pair of brown eyes

¿Cómo han transcurrido estas jornadas?: gane o pierda, me quedo.

Situación relativamente normal:
Atriles desvencijados con ojos marrones, deshonestos, clamando justicia. Las puertas se apolillan y solo los hijosdeputa consienten el combate, el resto baja los brazos y enciende sus vídeos para ver películas de delatores.

El que pierde huele a brandy, el que sueña también; aquel que lo manda todo a la mierda olía a brandy, ahora huele a pólvora.

Buscando la vida andaba cuando le sorprendió la muerte. Veinticinco compases bastaron para certificar su imposibilidad de afrontar la vida. Mala racha apuntalada con brandy 501 y tabaco.

Trompetas malolientes cercenan tus entrañas mientras cavilas tu situación en el mundo, un lugar de cambio.

Estertores de paciencia te rompen los huevos: explotan con la quietud que tienen los gusanos.

Para algo servirá la vida, aunque te vayas quedando solo como bandera de verbena al día siguiente.

Alegría de brandy, pena de whisky
Palabras de mimbre contra palabras de tela de araña. Los ojos valen para ir a comprar dolor en cualquier taberna. El viento suele pintar los estados de ánimo de los sinhueso:

Paredes ardiendo
Mesas volátiles
Amores que ríen
Cortinas que se peden
Tiros que no hieren: hieden
Trajes parlantes
Olas de mierda
Corazón que no siente
Ojos que no ven
Cuadros que vomitan
Almas asesinas
Lluvia que canta
Bocas que afeitan sueños
Vasos de whisky que te marcan como a los becerros
Lamentaciones que inflan globos
Ceniceros que escupen flemas a la cara
Imposibilidades que rompen piernas
Ventanas que rompen con amabilidad las narices
Bares que te engullen para luego vomitarte completamente perdido y borracho
Amigas que te admiran y te rompen cántaros de agua en las mismisimas pelotas
Correas de persiana que consiguen plegarte
Miradas que consiguen bajar tu nivel de glóbulos bancos
Cervezas que ahogan
Amantes que te comen las entrañas
Poemas como juncos
Chinchetas que se clavan en los ojos cuando duermes borracho
Lágrimas con espina que brotan cada vez que sueñas y cantas y acabas en el cajón de los juguetes viejos
Aviones que fumigan con recuerdos tu maltrecha cama
Teléfonos que maldicen el día de haberte conocido

... tampoco la quiero yo

Qué cojones está pasando?: los empaladores del mes de noviembre ( si hombre, esos que tienen un hilillo de sangre manchando sus blancas camisas y restos de intestino grueso en las suelas de sus zapatos) han aumentado su número y agitan furiosamente periódicos deportivos como buscando una mosca (preferiblemente pobre y desarrapada) para chafarla y englobarla en feísimas estadísticas (número de persianas vendidas en Lorca en un año, número de compradores de lechuga envasada y acondicionada, consumo diario de electricidad expresado en Kw/h). Se oye un zumbido ensordecedor ( ¿es realidad o pura proyección de mis deseos?) que ciega la humanidad de manera irreversible y ofrece una soga al cuello para todos aquellos que no sueñan.





Tiernas rendijas que apabullan a valientes corceles
rápidas ráfagas de amor que desquician al más esquivo
Temerosos agujeros que libran batallas a coces
y locos harapientos que fingen estar vivos

Recuperándote de suaves estercoleros y
encimada sobre mi ataúd
te canto unas bulerias muy estrechitas
y tiento, te tiento, con estruendo de caballería
los grasientos pechos, tres veces soñados,
que me ofreces en atribulada liturgia

Lo que me sale del alma son puños tristes
que lloran y lloran por las ventanas
de un pueblo muerto por inanición
En tus sueños la luna chilla pidiendo delirio
mientras se refleja en tu pena el milenario
jinete loco de la traición
Unos brazos inertes reclaman luz
y la sombra llena los suspiros de los
amargamente vinculados a la vida
El alfabeto nos asegura que los sentimientos
visten medias coloradas y los astros
hunden los cimientos de los bienpensantes
No te ahogues ahora que he conseguido
saber a quien pertenezco, ahora que tu
mirada verde cruza mis noches de riego
constante. No te ahogues y coge mi peine,
cógelo y peina tus lágrimas en medio
de la envidia, de la hipocresía,... de la podredumbre.

Bajo dándole bandazos al corazón, con
canciones prendidas del alma, disgustado
con las calles empedradas de tu cuerpo
por las que tropiezo una y otra vez cuando
voy con mi exuberante halo de vino.

No me digas no
No me digas no
que si tu madre no me quiere
tampoco la quiero yo
Ojos verdes, verdes como el trigo verde, verde del verde limón
Se me han olvidado las oraciones
los lamentos de los curas y predicadores
en los carteles van los importantes
este carro sólo lleva comediantes
la importancia de no creerse el culo del mundo delimita nuestras relaciones más cotidianas. Destornilla la maneta del “todo lo abre” y pregúntate: ¿por qué eres tan gilipollas? Después decide si marcharte a los aparcamientos de sueños o bien hacer volteretas (esas que tanto te gustan) hacia la reunión de los seguramente infelices. Tretas y más tretas, copas y más copas, locos pinzamientos que detectan una luz debajo de la cama que canta canciones sobre tiernos enamorados a punto de confesarse la imposibilidad de su amor. Yo erro, tú erras, él erra, y ella mantiene su impermeable locuacidad que te hace a ti mucho más “nadie”, como esperando en una eterna consulta de dentista, podrido: circuncidando tu memoria; llorando.... Llorando.

Leñador

Las cuatro paredes se abalanzaron sobre el cuerpo, ya inerte, de Martín, el antiguo leñador de sueños proletarios. Esa vida azarosa le había llevado a un estado de semi-inconsciencia amarga que dejaba al resto de sus compañeros de trabajo: husmeadores de barnices imposibles, barqueros de truenos y repetidores de consejos, sumidos en la más profunda de las penas, esa que viene precedida por un fuego en los ojos y que te deja sosteniendo la cucharilla del café hasta los topes de azúcar sin saber que hacer en mitad del camino. Que la vida iba en serio, eso ya lo decía aquel loco sabedor de los más corruptos placeres, tan alejado de monótonos comportamientos (exclusivamente reservados a feos trabajadores de mortadela) y tan dedicado a asaltar crujientes alcobas con aroma de Filipinas. Iba en serio poeta, iba en serio: cuánto tardaste en darte cuenta? No sería en una de aquellas interminables borracheras, envuelto en cortinas de cuarto de joven veinteañera, embaucando tanto a la alegría como a las pequeñas figuritas del mueble del comedor de su madre, que decidiste que la vida iba en serio?
Qué injusticia: yo comiendo bocadillos de mortadela y tú, sí, tú, bebiendo whisky de a 6.000 pesetas la botella y soñando de madrugada, y recitando versos, y conquistando bellas mujeres, exhibiendo tu genialidad en grandes coches-cama camino de Florencia. Yo me quedo profundamente afectado por el envejecimiento de todo lo que me toca y, entre rodaja y rodaja de mortadela, veo a viejos agitadores sociales llamándome a desgajar mi tierno cerebro para ofrecérselo a la perpetua desidia (santa), a la melancólica pasividad (incorrupta) y al alcohólico desafuero que me ofrecen tus labios.

Receta

El lenguaje de los sueños se prepara de la siguiente manera: se pelan dos tomates, se pule el alabastro de los poemas de Gustavo Adolfo Béquer, se desmembra un viejo grupo de amigos, se estiran todas las cintas métricas al alcance hasta unos 130 centímetros aproximadamente, se gesticula sin mucha convicción durante unos 15 segundos y se llena la bañera (o en su defecto, el plato de ducha, teniendo en cuenta que el resultado será mucho menos embaucador) de todos los paraguas de que se disponga en la casa, pudiendo añadir, como toque final al sazonado, uno de los paraguas de flores de la vecina de al lado.

Si no se dispone de la suficiente ilusión y amor por los barrancos, verdaderos paisajes naturales del cerebro, el lenguaje se verá coartado por esa no presencia de amor e ilusión y muy probablemente se vestirá y se ofrecerá a otra cabellera, quizá más pura o, quizá más puta. Si por el contrario, la cantidad de confianza en si mismo y en el resto de sus congéneres, llena más de un 65% de la capacidad de su mochila genital, chapeau!!!, usted se encuentra en un momento óptimo para liarse la manta de el lenguaje de los sueños a la cabeza.

Reúnase con todos sus seres y enseres más queridos y gocen de la perspectiva que dan esos calendarios de mano de una época no muy lejana y dejen que el cielo les saque a bailar (una mazurca preferiblemente, su gran especialidad) y les invite a una copita de Oporto, ese Oporto que guarda con tanto cariño (solo para ocasiones muy especiales) en ese rinconcito justo encima de Botswana. Que gozada, amigos. Relájense y olvídense de esas insoportables grapadoras que todo lo unen: facturas con sus correspondientes albaranes, albaranes que no se corresponden con la factura, hombres y realidad, realidades con el hombre equivocado (quizá un traspapelo, quién sabe), en fin, un desgobierno con apariencia de orden (real!!!, que dicen los que grapan a su antojo, los muy hijos de la gran chingada). Relájense, relájense, y no olviden anudarse la corbata de hinojo mientras recitan el abecedario imprevisible del lenguaje de los sueños. Para acabar: un eructito, que menos, no?.

Podría devorarte

Te encuentro en la línea 10, columna 39, junto a la soledad musical de patios de verano alcoholizados con muescas de mirada verde; deseosa a buen seguro de penetrar en lo más obvio de mi ser: teatrillo inflamado de ardor no-sé-porque-cojones-aplacado. A estas alturas estarás jugando con jarros de loza azul, llenándolos de palabras y de mangos de puertas de armarios. Estarás increpando a las autoridades que rigen tus preciosos pechos, meditando tu futuro calor y expulsando fantasmas con una irritante olor a tabaco y una desesperante inactividad. Yo estaré siempre ahí, en el quicio de la puerta, mirándote, pudiéndote devorar.

Tipos

Luis era un tipo que encontraba especialmente apasionante reseguir las formas que el papel de empapelar de su habitación formaba en madrugadas móviles. Para él era un sueño, como el tiempo (que se convierte en un témpano-sueño-violáceo).

Martín se apasionaba realmente observando los camiones de la basura, con ese trajín de container para aquí, container para allá, sube, deposita, tritura, abandona. Es la vida, pensaba nuestro Martín.

Ángeles nunca se había parado a pensar lo feliz que era, nunca se había parado a observar lo oscura que quedaba su habitación una vez bajada la persiana verde que protege sus desnudos y morenos tirabuzones.

Lola remaba y remaba, las nubes quemaban su precioso cuerpo casado y, en cierto modo, rasgueaban su memoria para hacerla gritar a la tarde sola: no está muerto, no está muerto ( el pájaro del tiempo me trae su recuerdo).

A Jorge las tijeras de la imposible y soñada felicidad junto a la persona amada le trababan la búsqueda de las raicillas del armario de la bondad. Aún así, despachaba barcos llenos de legumbres hacia la tierra sin miedo. Todo un enigma, ¿verdad?

Eva despachaba pelos añorados, pelos deseados, pelos soñados, pelos odiados, pelos ignorados, pelos olvidados y pelos amados mientras exclamaba, con una potente sonrisa:
-Trabajo para todos aquellos que no conocen el amor.

Navidad

Y van quince Navidades desde que depositaste tus ferúmenes en mi chepa de agridulce mirada y exclamaste: Qué demonios hablan?

- Te necesito para vivir. Yo te metería dentro de mi alma
- Yo sólo te quiero para follar
- Mis suspiros son de fuego. Apártate!!
- Yo sólo te quiero para follar
- Llévame a los campos
- Yo sólo te quiero para follar
- Con la luz de la mañana
- Yo sólo te quiero para follar
- Dejémoslo
- Olvidémoslo

Esta noche la gente suspira por enchufes enamorados (te quiero? O sólo te quiero follar?). Necesitamos mentiras realmente. Las necesitamos para poder subir las escaleras aquellas noches en las que estamos demasiado borrachos y los marcos de las ventanas nos reprochan nuestras pisadas abandonadas (¿equivocadas?). Cada vez somos menos: ¿un puto grito en mitad de la madrugada?. Y tú, si tú; confórmate con vender flores hasta que la noche llegue. Cántale a la verde oliva para ver si te deja malear la vida como verdaderamente has deseado siempre, cántale desde la cariacontecida montaña que siempre te recuerda que todo lo que eres es una puta luz (chiquitita) en una puta habitación oscura. Acércate al mar y lanza esputos estrictamente personales que maldigan esos labios besados infinitamente y que tanto te han hecho deambular: tú sabes que todo irá bien, no te preocupes: acabaras muriendo (como todos), sólo procura rizar el rizo y nunca, nunca, cuentes cosas que jamás otro haya contado.

Obituario

Jueces de paz que arrojan toallas sobre rostros pajizos
nubes de polvo que inundan salas de espera
tremenda cornada de ojos sin órbita:
vino a las siete
rompiendo gafas de barro
pisando humedales llenos de pánico
fechas de hilo que son en cuanto ella te abraza
Ni el santo cristo que come croissants te puede salvar, y:
la nave va (y yo te espero a las siete).ddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
dddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
dddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
dddddddddddddddddddddddddddddddddodddddddddddddddddddddddddddddddd
ddddddddddddddddddddbddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
ddddddddddddddidddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
dddddddddtdddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
ddddddddddddddddddddddddddddddddddduddddddddddddddddddddddddddddddd
dddddddddaddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddrddddddddddddddddd
ddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddi
ddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddo.
o
b
i
t
u
a
r
i
o.


la muerte lee las páginas amarillas
la música mueve las letras
y yo me cago en su puta madre
la muerte habla, triste, por el teléfono
su aliento te quiebra la espalda y piensas en lo distante que está. Palabras, silbos.

Bulerías del ahorcado

Bulerías del ahorcado

Vacilando ingrávido
Y bailando con estertores
Se presenta el emplazado
Con corbata de esparto
Valiente y con espada
Se presentó ante el tribunal
Repartiendo besos con lengua
Al gran jurado de barro
Que lo iba a sentenciar
.....
Quería bailar su último vals
Ante el altar mohoso
De los dioses contra el muro

Quitarme los alicates
de los ojos, quitarme
los amaneceres de los pies

Cigarrillos

Cigarrillos azules con trenzas de humo gris, por supuesto. Lápices de colores para pintar paisajes desolados, artistas sin paredes, flores sin maceta, artistas sin cerebro, flores con dos cerebros. Hay cosas que realmente me desesperan, como la visión de peras maduras, amoratadas, sobre los senos de una mujer igualmente madura y amoratada.

Revolución de los interruptores

La revolución de los interruptores
El interruptor
Las venas agraces
El calendario ha vomitado
Y las toallas no secan
Los sacos se rompen
La basura recita versos de amor
Las cortinas se rasgan
Los pomos te escupen
Y los váteres devuelven la mierda
Con esa rabia contenida
Durante decenas de años
Las racholas se caen
Aplastando migas de pan indecente
Los pelos de la cama
Discuten con las manchas de semen


Ya vendrán tiempos mejores
Lo que más querías murió, murió

Comitiva sexual

Comitiva sexual que retrata con ardua tarea el profundo sentir de una nación en armas.
Ella era de armas tomar, él, una ballesta del revés dispuesto a atravesarse el ombligo con un disparo de saliva. El bellaco de mi corazón responde sin pensárselo dos veces a la lluvia de tus bragas: no es más que un espejismo provocado por la hambruna de tus senos, tranquila, alguien sabrá encauzar tu sueño hacia algo tangible, con ojos, labios, pelo, corazón, polla. De todas maneras, me gustan tus ojos de perro triste, me gustan para perderme por ellos, sin gritos ni aullidos, sin palabras.

Luchando. Por una cosa o por otra te sigue llegando el reflejo de noches inacabables, insostenibles en la percha de tu salud mental, noches que terminaran al cruzar el túnel y te harán llegar a ese teatro en el que no tardaras en perder la vista y no pararas de escuchar...

Legumbres

De cómo te hundes en un mar de legumbres podridas. Pasa el tiempo: una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas y cruzas tus piernas como símbolo del advenimiento de un nuevo mártir. Mártir que no es otro que tu propio culo, venerado allende tus pensamientos. Me aferro a las rejillas de mi reloj y me como mis pensamientos aligerados con una pizca de nuez moscada. Bienaventurados los adinerados que no comparten su amargura de ser adinerados: la soga de sus riquezas pronto se ceñirá sobre sus cuellos y será entonces cuando todos los tuertos y jorobados, cojos, mancos y putas acaricien los atemorizados párpados de esos amargos egoístas. Están condenados a amar por encima de todas las cosas, a amarnos a todos una vez redimidos por el beso de la puta.

Queda una hora y tres cuartos para dejar de sentir lo que llevo sintiendo unos dos días. ¿No querías perder la cabeza? ¿no querías abrazarte a lo infinito? ¿no querías besar las sombras?. Resultado: mi cabeza está satelitelizando alrededor de un mundo desconocido, definitivamente desligada de mi mutilado cuerpo. Ya nunca más podré mirar a los ojos de la gente y tu seguirás jugando a ser la sombra de una maliciosa pompa de jabón que rehuye la yema de mi dedo.

Noto que las palabras huelen mal. Salen de unas tripas en estado de putrefacción: son eructos alfabetizados y aceptados como palabras ¿pero es que nadie se da cuenta de que huelen fatal?. Estamos dando con nuestras palabras un asqueroso olor a todo lo que nos envuelve. Ya no queda nadie que hable por las uñas, por los ojos o incluso por las rodillas. Estómagos ulcerados, intestinos lacerados, rectos horadados, hígados ahogados, páncreas idiotizados se convierten en creadores de nuestras palabras más cariñosas:

Me acerqué una mañana a lo triste de tus ojos
y allí habitaban 100.000 recuerdos de lana marrón
dispuestos a coserte un suéter
negro como el tizón
Me comí los barquillos de tu alma
y clavé mis uñas con jolgorio
en el centro de tu corazón
Ahora navego por tu caliente orín
y salto al abordaje de tu precipicio anal
y te contemplo entre bastidores

Cuento

Un bonito cuento

José recorría los 15 kilómetros que separaban el cortijo donde trabajaba de su amada pensando en lo mucho que la quería. Una vez juntos, engarzaban sus cuerpos entre besos y abrazos.

Un cuento menos bonito

José recorría los 15 kilómetros que separaban el cortijo donde trabajaba de su amada pensando en lo mucho que la quería. Una vez juntos, solo se oía el rumor violento de los terrones pisoteados.

Uno todavía menos bonito (para mi gusto)

José se quedaba en el cortijo, fumando. Leyendo y bebiendo. Ya no iba al encuentro de su amada.

Racholas

Cuando las racholas te recuerdan constantemente que eres un fumador empedernido y que te dedicas a abrir y cerrar compuertas de embalses llenos de recuerdos. Según el calendario lunar y tu compañera sentimental te queda una vida, una vida con una cuchilla de afeitar en mitad de la barra de a cuarto del desayuno. Te puedes cortar la lengua. Puedes morir con la lengua rota, puedes vivir con la conciencia embalsamada con buenas palabras. Puedes correr, recurrir a buenos amigos, puedes correrte en infinidad de coños yermos, puedes fotografiar atardeceres en la autopista C-38, puedes descarrilar durante 20 segundos, puedes emborracharte hasta encontrar el sentido, puedes minimizar, puedes relativizar, puedes obviar, puedes, hasta incluso, olvidar.

Nadie sabe lo que quiere y, si lo sabe, donde dije “Diego”, digo que “y una mierda”. Sólo los embalsamadores saben lo que quieren: cuerpos. Los demás también: cuerpos. Unos vivos, y otros muertos.

Hoy está nublado, mañana no lo estará. Hoy te quiero, mañana, mañana ... ya te lo diré. En mi punto de libro aparece un tres de julio cualquiera. Tengo que llamar para renovar.

Ojos entornados y corazón abierto. Ojos llenos de vida, corazón con cierre por defunción. Sentir que estoy sintiendo: y la gente viviendo. Vaya disfunción.

Carta

Alma gemela hasta que vino la enfermedad. Alma gemela que visita las mismas tumbas, siempre húmedas de lágrimas de impotentes, castrados y laringetomizados.

Anda la gente diciendo que subes estérilmente escaleras con mirada de ahogado. Cuánta razón tienen. ¡Cuánta razón tienes!. Las escaleras están hechas para mear en sus esquinas bordadas con mensajes puercos dedicados a las vecinas. Las escaleras están hechas para maldecirlas en la noche borracha.

Alma gemela que lo era hasta que vino la enfermedad. ¿La nuestra?. Enfermedad de las cabezas marchitas, deshojadas (la nuestra), enfermedaddesentarseenlasescalinatasdelaiglesia, bendiciendo la procesión de Nuestra Señora de la Esquizofrenia, la tuya.

Tengo que decirte que los peldaños, de madera, se pudren y crujen, se pudren y crujen y amenazan con inmortalizarme en una fotografía de 27 años a la que se aferra una madre narcotizada, acercándosela al pecho como sólo las madres que han sobrevivido a un hijo pueden hacerlo. Ya sabes: saltamontes (palabra malsonante, según el Real Diccionario de las Puertas Entreabiertas, pero que a buen seguro te gusta y hasta repites en tus sueños balbuceantes de pijamas y miradas a cuadros) burlándose del silencio de las barras de bar infestadas de amigos de toda la vida, pan con aceite al mediodía, y tres gotas de Johnny Walker administradas con cautela y, no antes de las 10 de la noche, para mojar sin ningún interés mi álbum de fotos ventricular y conseguir, siempre bajo prescripción médica, llegar a mi rellano sano y salvo de bailes y sonrisas, de pataleos y muecas, de miradas y puños en alto sin sentido, de gestos amenazantes, de huecos estucados con miradas tan lúcidas que le hacen a uno cerrar los ojos y sentirse como ése tubo de pasta de dientes apurado hasta la última vuelta.


Compadre de cuchillo que amenaza a las nubes, recuerda, quedamos como siempre: a las seis y media en el rastro de ceniza que va dejando el tren de los desgajados. No te olvides de quitarte la máscara.

Un abrazo.
Amigos,

Siguiendo la estela del Dávi he recuperado (en parte forzosamente porque mi ordenata ha dicho basta y tambien porque me apetece, qué cojones!) todas aquellas pajas mentales que he ido apuntando durante muchos años (muchos, la verdad, hay alguno de 2º o 3º de .... B.U.P.; ya ves!) para irlas colgándolas en el blog.

Emoción de publicación, jajajajajaja!!!