5/20/2006

Tipos

Luis era un tipo que encontraba especialmente apasionante reseguir las formas que el papel de empapelar de su habitación formaba en madrugadas móviles. Para él era un sueño, como el tiempo (que se convierte en un témpano-sueño-violáceo).

Martín se apasionaba realmente observando los camiones de la basura, con ese trajín de container para aquí, container para allá, sube, deposita, tritura, abandona. Es la vida, pensaba nuestro Martín.

Ángeles nunca se había parado a pensar lo feliz que era, nunca se había parado a observar lo oscura que quedaba su habitación una vez bajada la persiana verde que protege sus desnudos y morenos tirabuzones.

Lola remaba y remaba, las nubes quemaban su precioso cuerpo casado y, en cierto modo, rasgueaban su memoria para hacerla gritar a la tarde sola: no está muerto, no está muerto ( el pájaro del tiempo me trae su recuerdo).

A Jorge las tijeras de la imposible y soñada felicidad junto a la persona amada le trababan la búsqueda de las raicillas del armario de la bondad. Aún así, despachaba barcos llenos de legumbres hacia la tierra sin miedo. Todo un enigma, ¿verdad?

Eva despachaba pelos añorados, pelos deseados, pelos soñados, pelos odiados, pelos ignorados, pelos olvidados y pelos amados mientras exclamaba, con una potente sonrisa:
-Trabajo para todos aquellos que no conocen el amor.

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