8/26/2004

La otra noticia

"Seis dólares por una hora de llanto"
Pekín. - Un hombre de negocios del este de China ha logrado un gran éxito empresarial al abrir un bar donde los clientes pueden llorar con tranquilidad al precio de 50 yuan la hora, informaron los medios de comunicación estatales. El "Cry Bar" no tiene nada excepto un par de mesas y un sofá, ademá de pañuelos de papel para que los clientes se puedan secar las lágrimas, informó la agencia China News Service. El propietario, Luo Jun, dirigía una agencia matrimonial, y descubrió que muchos de sus clientes tenían un inmenso deseo de llorar pero no podían encontrar el momento adecuado... y se le ocurrió montar este bar. La prensa también recoge el testimonio de un cliente que visita el bar por tercera vez, y siempre le ha parecido una buena manera de expulsar parte de la tensión diaria.
Si ya lo decían los Kortatu: "...algo aquí marcha mal, hay algo aquí que no va..."

8/23/2004


Baños Arabes de Granada

Compañeros del metal y de la vida licenciosa,
si pasan por Granada no dejen de disfrutar de los Baños Arabes.

8/22/2004

una de noticias

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Estaba yo por aquí, por las antípodas, desesperado por tener notícias de la "madre patria" (ahora que hablo de a "madre patria" se me viene a la cabeza esa canción de La Banda Trapera del Río que dice "... nací del polvo entre un borracho y una puta..."), pues iba buscando un periódico español y encontré el "The Spanish Herald : El periódico de habla hispana en Australia", un batiburrillo de notícias de hispanoamérica amenizado con algunas notícias de resto del mundo. Entre sus páginas encontré un par de perlas; no sé si ya las conocerán, pero por si acaso ahí va, de momento, la primera de ellas:
"Un museo quiere sacar provecho de los excrementos de sus visitantes"
Londres.- El museo de la Ciencia de Londres pretende aprovechar los excrementos de susu visitantes para producir energía eléctrica y reducir así la factura energética, anunció su director. "Como el museo es gratuito, este sería un buen modo para que los visitantes hicieran una contribución", explicó John Tucker, director del museo. "Con tres millones de visitantes al año, tenemos que pagar elevadas facturas de electricidad". Las estimaciones, basadas en la cifa de tres millones de visitantes anuales, prevén producir una energía de 1.530 kilovatios/hora, lo que supone una electricidad suficiente para alimentar 15.000 bombilas eléctricas al año. Esta idea surgió tras el descubrimiento en Estados Unidos de una forma para aprovechar las bacterias de los excrementos para convertirlos en una fuente energética. La voluntad de reducir los gastos eléctricos estaba ya en el centro de las preocupaciones del museo de la Ciencia que hizo instalar el pasado año paneles solares en su tejado.
Viendo esta notícia se me viene a la cabeza un comentario que Els Joglars ponían en boca de Josep Pla y que decía algo así : "si la merda fos d'or els pobres neixerien sense cul". Así que tengan cuidadín compañeros que hasta los furullos van a cotizar en Bolsa. No se extrañen si algún día nos asaltan con anuncios como "¡Confíe en nosotros! sacaremos mayor provecho de sus excrementos", nos sorprendemos vendiendo nuestra mierda al diablo, mutiplicando panes y truños, o depositando nuestras valiosas defecaciones en el cepillo que nos tiende el angelical monaguillo después de la misa...
Ala, ¡¡a cagar!!.

8/05/2004

La mujer portuguesa

Pana, Pijama, Lana
Disco tributo al niño Gusano


La mujer portuguesa me absorbe con su paja,
al entrar en su vientre le ofrezco mi cabeza.

Al peluquero del cielo,
al sombrerero del cielo,
al camello del cielo.

La mujer portuguesa quiere tener bahía,
ella quiere bañarme y que mi piel caiga a tiras.

Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned,
para ver lo que no hay que ver, para ver lo que nadie vio.
Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned,
para ver lo que no hay que ver, para ver lo que nadie vio.

La mujer portuguesa en el tren de lavado,
en su carroza de fresa hay tres invitados.

Uno es el hombre galleta,
otro es la reina mofeta,
otro ella misma muy vieja.

La mujer portuguesa y su bigote de gato
hacen cosquillas a un mono que viste trajes muy caros.

Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned,
para ver lo que no hay que ver, para ver lo que nadie vio.
Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned,
para ver lo que no hay que ver, para ver lo que nadie vio.
Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned,
para ver lo que no hay que ver, para ver lo que nadie vio.
Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned,
para ver lo que no hay que ver, para ver lo que nadie vio