5/13/2005

Tus ojos, bandido

"... Tienes ojos de sueño y de mil cosas más ..."

Enric. Peluquero. 13/05/05

Recortes

"Siempre recorrí el filo de la navaja, guardado por una alegría estoica que repartía suerte en los peores percances. La propia estima quedó enganchada al dar el último salto, y ahora toca seguir con pasiones que gobiernan mezquinamente, como el metabolismo."

Antonio Escohotado. Sesenta semanas en el trópico.



Amor loco

Se inmoló en una hoguera para que, sin ella, él por fin pudiera ser.


La ruptura

"... Y después de verla por última vez se dio cuenta de que la había visto por primera vez."

El perfume de los ojos

Las abejas no cesaban de perseguirlo intentando, al parecer, picarle los ojos. El enjambre volaba alrededor de sus párpados que, durante el ataque, él mantenia firmemente cerrados. "¡Estoy enfermo, mis ojos secretan una substancia que las atrae!", se dijo y fue a ver a un viejo oculista. El sabio lo examinó con gran sorpresa. "¡En lugar de globos oculares tienes flores! ¡Son dos rosas blancas!" "¿Entonces, las abejas no quieren enterrarme su aguijón?" "No, muchacho. Sólo quieren beber el néctar de tus lágrimas" "¿Hay un remedio para esto?" "¡Cesa de creerte enfermo! ¡Ve a perfumar el mundo con tu mirada!"

El verdadero milagro

... él le dijo "si tuvieras fe en mí, lo haría". Ella le respondió: "Primero hazlo, luego creeré en tí"

Peregrino interior

Se despidió de sí, llorando ... Él mismo fue a recibirse al final del camino.

El engaño

Cuando se dio cuenta de que su mujer no creía en el, con la llave ganzúa de la costumbre comenzó a penetrar en su cuerpo como un ladrón.

Crimen pasional

Cuando su amada huyó con otro, una herida profunda se le abrió en el cuerpo, del cuello al ombligo. Resistió el dolor hasta que la lesión cicatrizó. La mujer, arrepentida, regresó a su lado. Él se arrancó la cicatriz y con ella, convertida en espada, le cortó la cabeza.

La libertad

El hombre libre tenía junto a su camino mil otros caminos. Aunque podía elegir cualquiera de ellos, no lo hizo. Siguió por donde iba.

Un cobarde

Para esconderse de su enemigo caminó toda su vida detrás de él.

Pareja ideal

Érase una mujer que vivía disfrazada de mujer y un hombre que vivía disfrazado de hombre. Cuando se encontraron creyeron esa comedia y formaron pareja. El hombre falso y la mujer falsa, haciendo esfuerzos tremendos, alcanzaron una modorra que llamaron felicidad. El hombre y la mujer verdaderos nunca llegaron a conocerse.

Sospechas

- Ella puede engañarme, maestro. Tengo celos.
- Lo que pasa es que temes que otro le dé a tu mujer lo que tú no puedes darle

El imposible encuentro

Si corre tras la luna, ella se escapa. Si huye de la luna, ella lo persigue. Si se detiene y la mira de frente, ella es él, pero él no es ella.

Amor maternal

Como tengo ganas de cuidarte, enférmate para que yo sea feliz

Menos

- Maestro, ¿qué es triunfar?

- Es aprender a fracasar

Hombrear

- Maestro, ¿cuando seré fuerte?

- Cuando aprendas a no dañar

Noche de bodas

Ella se quitó la peluca, entonces él se quitó el bisoñé. Ella se quitó un ojo de vidrio, entonces él se quitó otro. Ella se despegó una oreja de caucho, él también se despegó una. Ella se sacó la dentadura superior, él se sacó la dentadura inferior. Ella se desatornilló el brazo y la pierna izquierdos, él el brazo y la pierna derechos. Dando pequeños saltos, se ayudaron a caer en la cama. Allí, pegados el uno al otro, sintieron que, gracias a su gran amor, formaban un solo ser.

El poder

Obligaba a recibir para tener la sensación de que daba


Alejandro Jodorowsky. El tesoro de la sombra.

5/04/2005

Comba

A tí

La niña saltaba a la comba. Saltaba y saltaba. Descalza. El suelo lleno de diminutos cristales de diferentes colores que le herían sus pequeños pies. A cada salto, un cristal blanco, verde, o rojo (o negro) hacía brotar sangre de sus talones y con lentitud, ésta dibujaba palabras como decepción, rabia, amor y desilusión en el piso blanco de mármol. Y no se quejaba. Sangre, cristales, palabras, silencios ... se mezclaban en un potaje de rencores y anhelos que hervía y hervía y en su "chup-chup" se distinguían nuevas palabras como "desilupción" o "deceprabión".

A dos pasos de ella, el niño la observaba. Y callaba. La había estado esperando, solo, horas y horas en el patio de los pacientes. Había estado esperando muchas horas.

Mediterráneo

A mi Padre



Esto es el puto Mediterráneo, y no porque lo diga Joan Clos y su Fórum (Clos, sós un "chaqueta"!, que diría mi compadre Julián). Lo es desde el momento en que mi padre y mi madre me levantaron un domingo y, después de limpiarme las orejas, me llevaron de la mano a la playa de la Barceloneta. Vaya puto domingo: han pasado casi 20 años y todavía ese sol me está deslumbrando. Eso es el Mediterráneo. Curioso, pero ese recuerdo me asalta muy a menudo. Recuerdo excepcional: vamos a la playa!

Hostia! Nunca hasta ese momento había surgido esa iniciativa. Toallas, sombrillas y bocadillos, metro y ... venga: playa. Acojonante. Recuerdo el camino hacia la playa desde el metro. Descampado arenoso lleno de gente con el mismo objetivo: mojar sus carnes sudorosas en el agua y, sobre todo sol, un sol que te atornillaba la cabeza a la fachada de un edificio que por aquel entonces se me hacía monumental, con aquellos huecos que se dejan entre ladrillos en forma de pirámide (¿porqué esos dibujos en los laterales huérfanos de los edificios?).

De la jornada, dos retazos más:

Mi padre me compró un "frigodedo" (auténtico logro, ya que por aquel entonces regía una economía de subsistencia total, muy poco dada a satisfacer los caprichos del niño).

Gran partida de frontón a mano que presencié en los soportales que existían a pie de playa (San Sebastián?) con una pelota "negra" que en aquel momento no "ubicaba" y que más adelante identifiqué con una pelota de tenis "pelada". Cómo no!, esa partida la presencié yo solo, no a mucha distancia de la toalla familiar, pero al fin y al cabo, solo. Creo que ahí se inició una gran costumbre, creo también que herencia familiar, como la de desaparecer de los grupos, distanciarse momentáneamente para, caminando "txino-txano", husmear, observar, etc... lo que se encuentra alrededor. Hasta ahora, palabrita del Niño Jesús!.

En otro tiempo y en otro lugar, recuerdo a mi amigo Sebas diciéndome:

- Ése no es tu padre?
- Sí, sí
- Es un lobo solitario

Veíamos, en la distancia, a mi padre, completamente solo, manos entrelazadas a la altura de los riñones y sombrero de paja, caminando por la carretera. Una vez mi padre perdido en la distancia, mi compadre Sebas y yo subíamos o bajábamos un trecho de montaña y nos poníamos a fumar hachís y a dejar volar la imaginación en un puto medio que nos era tan ajeno (abulagas, olivos, esparto, capota, etc...) a nosostros, que nos criábamos entre 127s y alquitrán.