Podría devorarte
Te encuentro en la línea 10, columna 39, junto a la soledad musical de patios de verano alcoholizados con muescas de mirada verde; deseosa a buen seguro de penetrar en lo más obvio de mi ser: teatrillo inflamado de ardor no-sé-porque-cojones-aplacado. A estas alturas estarás jugando con jarros de loza azul, llenándolos de palabras y de mangos de puertas de armarios. Estarás increpando a las autoridades que rigen tus preciosos pechos, meditando tu futuro calor y expulsando fantasmas con una irritante olor a tabaco y una desesperante inactividad. Yo estaré siempre ahí, en el quicio de la puerta, mirándote, pudiéndote devorar.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio