No hubo palabras. Solo miradas. 6 sentidos puestos en ese momento. Solo por ese instante merece la pena todo. Viento y furia, calma de roble rendido al invierno. Sudor magistral de corazón supurante y, como no, palillo hurgante-purgante para admirar la fuerza de la montaña. Guuaauu!
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