12/18/2003

Animado por el espíritu "Yeke Yeke" (es una historia muy larga, el que la quiera saber que se acerce hoy jueves a la Taberna del Arco de Iris, dé tres aldabonazos, se acaricie el mentón y grite: Ron, ron, la botella de ron!) robo horas a la sacrosanta institución del Trabajo (Santa María de los Buenos Aires, si todo estuviera mejor!) para poner un poquito de orden en mi más que santa "Pelota": que vienen los treinta! rúmbala, rúmbala, rúmbala! Chúuuuuuuuu, Chúuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! rúmbala, rúmbala, rúmbala. Pienso en vosotros, amigos, pero también pienso (en una suerte de memoria anticipada, muy borgiana) en ese momento (con sus minutitos y sus segundos) en el que la vida nos ponga al baño maría y no nos deje meternos los dedos en las narices, tocarnos las nalgas en las duchas o simplemente pegarnos unas collejitas jacarandosas (jacarandiosas?)
Llamarme descreído, desposeído o simplemente inútil, pero recordad: mañana me llamareis todo lo contrario (es lo que tiene la bipolaridad bilateral). Recordad también lo que dijo el gran poeta profeta "El Marido de la Señora Carmen, La de la Bodega de la Calle Almansa, esa a la Que Iba el Antonio a Comprar Mistela":
VOLEU UN COLL D'OCA???
Nunca hay que perder la perspectiva, ya lo dijo el Batería de Leff Leppard.

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